INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos, resulta cada vez más evidente que la educación inclusiva ha pasado de ser un ideal a transformarse en una necesidad crítica; dejó de ser una aspiración para convertirse en una prioridad dentro de las políticas educativas, tanto a nivel nacional como internacional. Al momento de abordar la inclusión educativa no es solo dar a conocer la integración física de los estudiantes con discapacidad en las aulas, sino también la fabricación de espacios y experiencias que realmente aseguren su participación, su aprendizaje significativo y su bienestar en igualdad de condiciones. A pesar de los avances normativos y los esfuerzos por parte de distintos organismos, la realidad muestra que aún persisten grandes desafíos, tanto globales como locales (Martínez, 2021, p. 95).
En todo el mundo, entidades como la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud persisten en que la formación educativa debe estar al mismo margen que todos los estudiantes y ser realmente accesible y libre de barreras. A pesar de todos los avances, la UNESCO señala como dio todavía existe un alto grado de niños y jóvenes con discapacidad; por distintas causas siguen complicado el acceso a la educación, dado que detrás de cada historia se esconde una realidad de miles de estudiantes, por distintos motivos ya sean problemas económicos, culturales o simplemente porque la infraestructura no está adaptada a ellos, ven como sus posibilidades de desarrollo se reducen. Si lo pensamos bien, vale la pena notar que la arquitectura juega un papel determinante, ya que un colegio o un aula no es solo un lugar donde se aprende; el diseño de los colegios y las aulas tiene un impacto que puede facilitar o, por el contrario, ser una barrera difícil de superar para quienes más apoyo necesitan. (UNESCO,2021, p.1).
En el Perú, la situación no es diferente. Según datos del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), un 24% de esta población no accedió a la educación y un 41% se logró completar el nivel primario. Estas cifras evidencian una brecha persistente, especialmente en zonas rurales y en contextos de mayor vulnerabilidad, como consecuencia, el 35% de las personas con discapacidad permaneció inactivo laboralmente (Mendoza,2018, p. 36). Las barreras para la inclusión no solo son físicas, sino también sociales y actitudinales. Muchas veces, la falta de información, la escasa sensibilización y la ausencia de recursos apropiados contribuyen a consolidar la exclusión de quienes más necesitan el acompañamiento de la comunidad educativa.
Si nos trasladamos al ámbito local, el panorama tampoco es alentador. En la provincia de Huarmey, la CEBE Virgen del Rosario representa un espacio fundamental para la atención educativa de los niños y adolescentes con discapacidad. Sin embargo, como ocurre en muchas instituciones de educación especial a nivel social, enfrentan limitaciones considerables en infraestructura y recursos. Las instalaciones, en muchos casos, no cuentan con los requisitos mínimos de accesibilidad universal como rampas con pendientes inadecuadas, ausencia de señalización, baños no acondicionados y escasez de material didáctico específico, son algunos de los obstáculos que enfrentan estudiantes y adolescentes diariamente. A esto se suma la necesidad de capacitación permanente para el personal, el acompañamiento de las familias y el trabajo articulado con las autoridades educativas y locales.
La importancia de atender esta problemática radica no solo en el cumplimiento de derechos fundamentales, sino también en la convicción de que una sociedad realmente democrática y justa se contribuye a partir del respeto y la valoración de la diversidad. No garantizar la accesibilidad y la inclusión significa limitar los sueños, el potencial y la autonomía de una parte importante de nuestra niñez y juventud. Por ello, analizar la situación de la CEBE Virgen del Rosario y reflexionar sobre las estrategias arquitectónicas y pedagógicas que pueden mejorar la experiencia educativa de sus estudiantes no es solo una obligación académica, sino que también es un acto de compromiso social y humano.
Al comprometerse con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el Estado peruano dejó claro que la educación debe ser para todos, sin excepciones ni obstáculos. Por eso, investigaciones como la presente cobran sentido cuando aportan metas globales como los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) 4 y 10, que buscan que nadie se quede atrás , ni en el aula ni en la sociedad (Herranz, 2021). Pero a pesar de los compromisos y discursos, la realidad cotidiana muestra otra cara. Basta con recorrer algunos colegios para notar que todavía falta accesibilidad arquitectónica; y esa ausencia, más que un detalle, se convierte en una piedra en el camino para que los estudiantes con discapacidad puedan desenvolverse como cualquier otro estudiante (Vargas, Garces, 2021). A pesar de que hay intentos por avanzar hacia una educación más inclusiva, muchas instituciones siguen careciendo del diseño adecuado y de las adaptaciones que les permitan eliminar barreras no solo físicas, sino también sensoriales y cognitivas.
En los últimos años, muchas personas e investigadores se han interesado en comprender, de manera más cercana y real, las barreras que enfrentan los estudiantes con discapacidad en el acceso y permanecer en la escuela. Un ejemplo de ello es el estudio de Maldonado (2020), quien, tras analizar diversos trabajos sobre la inclusión educativa en universidades, ha encontrado que la falta de accesibilidad y la escasa capacitación docente siguen siendo factores que limitan la participación de los estudiantes con discapacidad en espacios universitarios. De manera similar, Alfaro (2022) realizó un análisis crítico en Chile ya que se ha implementado una serie de políticas de educación inclusiva orientadas a la accesibilidad de la educación de personas con discapacidad. Se realizó una caracterización usando elementos de estadística descriptiva y un análisis crítico abordando el tema político de educación inclusiva en Chile y los resultados fueron que no cuenta con una política de educación inclusiva ni un modelo híbrido, sino una política de accountability.
A nivel latinoamericano, Iturra (2019) planteó que la inclusión educativa en países como Chile enfrenta dilemas similares, ya que las políticas suelen quedarse en el papel y no siempre se traducen en prácticas efectivas dentro de las aulas. Su estudio remarca la importancia de la formación continua para los profesores y de la inversión en recursos materiales y tecnologías adaptadas. Con respecto a la infraestructura escolar, Ramírez (2024) señala que uno de los mayores enfrentamientos para lograr una inclusión real tiene que ver con la insuficiencia de recursos, la insuficiente capacitación de los docentes y la carencia de infraestructura adaptada. Como resultado, los estudiantes no solo encuentran dificultades para avanzar en sus estudios, sino que también se sienten bien en la escuela. La conclusión principal es que, aunque la inclusión es un derecho fundamental, aún es necesario ajustar las políticas y fomentar el uso de tecnologías y nuevas investigaciones para que la educación sea realmente accesible y beneficie a toda la comunidad educativa.
Por otro lado, otra investigación más reciente como la de Samaniego et al. (2024) en Ecuador, subraya la importancia de la participación de la comunidad educativa en la identificación y solución de barreras, así como la necesidad de promover un cambio cultural que acompañe las mejoras en el entorno físico. Estos antecedentes permiten comprender que, aunque existen avances normativos y un creciente reconocimiento de la importancia de la inclusión, en la práctica aún quedan muchos retos por enfrentar, tanto en Perú como en la región de Latinoamérica.
El presente estudio se justifica porque responde a una necesidad real y urgente, ya que asegura que todos los estudiantes, sin importar sus capacidades, tengan la oportunidad de acceder a una educación de calidad en igualdad de condiciones. Hablar de la inclusión educativa no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también un paso esencial para construir una sociedad más justa y solidaria. En el caso de CEBE Virgen del Rosario, es fácil notar que tanto el entorno físico como ciertas actitudes sociales todavía ponen trabas a la participación plena de los estudiantes con discapacidad. Ignorar esta situación no solo perpetúa la exclusión, sino que previene a la comunidad educativa y a la sociedad en general de los aportes y el potencial de cada uno de estos jóvenes.
Además , el hecho de reflexionar y hacer visibles los problemas que hay tanto en la infraestructura de los colegios como en la capacitación de los profesores permite descubrir en que aspectos se puede actuar de manera concreta para que los estudiantes tengan mejores oportunidades de aprendizaje y una mejor calidad de vida, Por eso, este estudio no solo busca enriquecer el debate académico, sino también servir como una guía práctica para quienes deben tomar decisiones en las escuelas, en la municipalidad o incluso a nivel nacional. Solo entendido la cercana realidad de los estudiantes con discapacidad, y las dificultades que enfrentan a diario, será posible desarrollar políticas y estrategias verdaderamente efectivas para la inclusión.
Finalmente, este estudio tiene el potencial de motivar a otras instituciones y comunidades a revisar sus propias prácticas y apostar por una educación más inclusiva y adaptada a las necesidades de todos. En suma, se trata de un esfuerzo que apunta a garantizar que ningún estudiante quede al margen, y a contribuir a la construcción de una sociedad donde la diversidad sea vista como una riqueza y no como una barrera.
En este estudio se plantea como objetivo general analizar de manera integral las estrategias arquitectónicas de accesibilidad que han sido implementadas en la CEBE Virgen del Rosario, ubicada en Huarmey. El propósito principal fue comprender cómo estas acciones inciden en la inclusión educativa de los estudiantes con discapacidad considerando tanto sus efectos directos en el acceso y la participación, como las oportunidades de mejora que pueden surgir a partir de su evaluación crítica.
Para alcanzar este objetivo general, se consideró necesario, en primer lugar, identificar y describir las principales características arquitectónicas que facilitan la accesibilidad dentro del entorno escolar de dicha institución. Esto implica examinar detalladamente aspectos como rampas, pasillos, baños adaptados, señalización y otros elementos de diseño que puedan marcar la diferencia en la experiencia diaria de los alumnos.
En segundo lugar, se busca evaluar el impacto real que tienen estas adaptaciones a arquitectónicas en la vida escolar de los estudiantes con necesidades educativas especiales, Este análisis permitió observar no solo como influyen en su aprendizaje y en su autonomía dentro del espacio educativo, sino también en su participación activa y en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Finalmente, el estudio completo examina los principales desafíos y limitaciones que enfrenta la CEBE Virgen del Rosario al momento de poner en práctica estrategias de accesibilidad. Esto incluyó explorar tanto las dificultades estructurales y presupuestales, como las posibles barreras culturales y organizativas que podrían dificultar la consolidación de una educación verdaderamente inclusiva.
De esta manera, los objetivos planteados permitieron abordar el fenómeno desde una perspectiva amplia y profunda, generando conocimiento útil no solo para la institución en cuestión, sino también para otros actores interesados en promover entornos educativos más accesibles y equitativos. La inclusión educativa y la accesibilidad arquitectónica han cobrado relevancia en el debate académico y profesional de los últimos años. Uno de los enfoques que más ha contribuido a este campo es el diseño universal, entendido como el conjunto de estrategias que buscan que los entornos y productos sean utilizables por la mayor cantidad posible de personas, sin necesidad de adaptaciones posteriores.
Un entorno educativo accesible no solo facilita el aprendizaje académico, sino que también promueve la interacción social, la autoestima y la independencia de los estudiantes con discapacidades. La inclusión educativa trascendió la mera presencia física de los estudiantes con discapacidad en las aulas convencionales, ya que implicó una transformación significativa del sistema educativo, orientada a responder a las necesidades de todos los alumnos y a ofrecerles oportunidades equitativas para su aprendizaje y desarrollo (Daniela ,2020).
Cuando hablamos de accesibilidad, no se trata de poner una rampa o adaptar una puerta. La cosa va mucho más allá, se trata de pensar en el colegio como un lugar donde cada estudiante, sin importar sus capacidades, realmente pueda aprender, crecer y sentirse parte del grupo. No basta con que estén presentes en clase; lo importante es que se sientan incluidos de verdad, que el ambiente escolar se adapte a ellos y no al revés. Por ello tener un enfoque en cuanto a la educación inclusiva, esta involucra la creación de las condiciones para satisfacer las necesidades de cada individuo que se presenta, también se debe tener en cuenta la integración de las personas con discapacidad para se puedan integrar ya sea con el estudio, trabajo y hasta tengan tiempo de ocio, es uno de los propósitos esenciales para la implementación en los centros de educación inclusiva (Guasp, 2020).
Entre los principales, resalta la necesidad de fortalecer la coordinación entre las entidades responsables y mejorar los canales de comunicación y trabajo conjunto entre los sectores de educación y arquitectura. También se señala que la falta de una cultura institucional orientada hacia la accesibilidad y la inclusión dificulta la consolidación de los avances logrados en las últimas décadas. (Cáceres, 2022).
Al revisar diferentes teorías y puntos de vista sobre accesibilidad e inclusión educativa, se notó que, si bien se han producido avances importantes a nivel normativo y conceptual, todavía queda un largo camino por recorrer en la práctica. La literatura coincide en que la construcción de entornos escolares verdaderamente inclusivos exige no solo inversión en infraestructura, sino también capacitación constante, voluntad institucional y un cambio profundo en la cultura escolar (Valdés, 2019).
Por ello, no se trata solo de poner una rampa o adaptar una puerta; el desafío más grande es dejar de lado las buenas intenciones y los discursos, y empezar a actuar, buscando que las escuelas sean espacios donde se respetan las diferencias y todos tengan la oportunidad de aprender y crecer, sin que nadie se quede atrás.
METODOLOGÍA
La presente investigación tuvo como propósito analizar de manera técnica la situación actual de la accesibilidad universal arquitectónica y su impacto en la educación inclusiva de estudiantes con discapacidad en el CEBE Virgen del Rosario, ubicado en la ciudad de Huarmey, región Áncash, Perú. El estudio permitió comprender la realidad de la institución educativa, identificando las condiciones físicas y los principales retos que enfrentan los estudiantes en su entorno diario. Para ello, se tomó como base el contexto local del CEBE Virgen del Rosario, el cual atiende a 40 estudiantes con discapacidad y en par con la participación de padres, 10 docentes y 5 personal administrativo. La población seleccionada para el análisis estuvo conformada por los usuarios directos de la institución, considerando tanto la comunidad escolar como la infraestructura física del centro educativo.
Para unir toda la información necesaria, se consultaron bases de datos ampliamente reconocidas, como SciELO, Latindex y varios repositorios universitarios. Cabe recalcar que se revisaron informes técnicos y documentos de organismos internacionales de referencia, entre ellos la UNESCO y el propio Ministerio de Educación del Perú. El proceso de búsqueda fue cuidadoso y detallado: se dio preferencia a trabajos que no solo tocaron el tema de inclusión educativa desde un punto de vista académico, sino que también ofrecieran una mirada amplia, considerando diferentes dimensiones de la problemática.
En este trabajo se optó por un enfoque cualitativo, apoyándose en la revisión de distintas fuentes bibliográficas para entender, desde una perspectiva, cómo se vive la accesibilidad arquitectónica y la inclusión educativa en el caso de estudiantes con discapacidad. Desde un comienzo, se puso especial énfasis en utilizar información reciente y verificada, por eso se seleccionaron fuentes científicas y académicas publicadas entre 2019 y 2024. Esta decisión ayudo a que los datos y reflexiones estuvieran en sintonía con la realidad actual y los retos presentes en el campo educativo.
Como técnica principal, se empleó la observación directa, utilizando una ficha de observación estructurada, elaborada con base en los criterios de la Norma técnica A. 120 y estándares internacionales de accesibilidad, Esta ficha permitió registrar información sobre rampas, pasamanos, puertas, señalización, baños adaptados, circulación interna y elementos sensoriales, facilitando un análisis detallado de las condiciones físicas de la escuela.
Como primera categoría se tuvo en cuenta la accesibilidad arquitectónica, que realmente marca una diferencia a menudo en los estudiantes con discapacidad. Esto se refleja, por ejemplo, en detalles como contar con rampas en las entradas, pasamanos a lo largo de los pasillos, puertas lo suficientemente anchas, señalización en braille y la adaptación en los baños. Vale la pena mencionar que cuando la infraestructura está pensada para todos, no solo se facilita la movilidad física, sino que también impulsa la independencia y la participación de los estudiantes. Todo ello ayuda a que los estudiantes puedan sentirse aparte del grupo, ganar esa confianza y poder disfrutar de las actividades escolares sin sentirse limitados (Ilaquiche, 2025).
Además, al analizar en profundidad los espacios escolares, surgieron subcategorías vinculadas a la adaptación funcional y a la señalización inclusiva. Por otro lado, la señalización inclusiva, así como la visual y la táctil, resulta muy fundamental para la orientación y seguridad de los estudiantes dentro de la escuela. Estas estrategias no solo cumplen con las normas de accesibilidad, sino que también contribuyen a crear entornos educativos teniendo en cuenta cuán acogedores y justos llegan a ser, porque la diversidad se convierte en un valor y no en una barrera (Bustos, 2024).
Nota: Las adaptaciones arquitectónicas, como rampas y pasamanos, facilitan el ingreso de los estudiantes con movilidad reducida y promueven su autonomía dentro del entorno escolar.
La segunda categoría clave es el diseño de espacios de aprendizaje flexibles, es esencial para la inclusión de todos los estudiantes. Este concepto se refiere a la capacidad de los entornos educativos de adaptarse tanto a las necesidades como a los estilos de aprendizaje. Por ejemplo, aulas modulares que tengan la facilidad de reconfigurarse, mobiliario ergonómico y ajustable, también la integración de tecnología llega a facilitar el acceso a la información para los estudiantes, ya sea con discapacidad visual o auditiva. Estos espacios flexibles no solo mejoran la accesibilidad, sino que también fomentan la participación activa y de esta manera la interacción entre todos los estudiantes, creando un entorno dinámico.
Dentro de esta categoría, sobresalieron subcategorías tanto la iluminación como la acústica adecuadas. Una iluminación natural o artificial estratégica, que evita reflejos o sombras innecesarias, es crucial para estudiantes con sensibilidad visual. De igual manera, una acústica bien planificada, con material que reduzca el ruido ambiental y facilite la claridad del sonido, es fundamental para aquellos estudiantes con dificultades auditivas. En conjunto, las adaptaciones arquitectónicas no solo cumplen con estándares de accesibilidad, sino que también contribuyen a crear un ambiente educativo más cómodo y efectivo para todos (Carmona, 2022).
Nota: El diseño de espacios de aprendizaje adaptables permite una mayor inclusión y fomenta la participación activa de todos los estudiantes
Así mismo, dentro de esta categoría se consideró la importancia de la integración de áreas verdes y elementos naturales en el entorno escolar. Contar con este espacio crea un ambiente más agradable y estimula el aprendizaje, teniendo en cuenta que la arquitectura escolar no solo se centra en la funcionalidad, sino también en el bienestar integral del estudiante (Alzamora, 2022).
Nota: Las imágenes ilustran las condiciones actuales de las áreas de recreación; equipadas con juegos sencillos y con una malla rota, por otro lado, la zona de vegetación, donde se observó la escasez de plantas.
Finalmente cabe precisar que la presente investigación fue realizada conforme a los principios éticos y estándares internacionales de integridad científica, en concordancia con lo establecido por la declaración de Singapur sobre Integridad en la Investigación. Se procura en todo momento la honestidad, la responsabilidad y la transparencia en el manejo de la información, así como el respeto por la confidencialidad y el consentimiento de las personas involucradas en la etapa de observación. El proceso de recolección, análisis y presentación de los datos de desarrollo de manera rigurosa, garantizando la veracidad de los resultados, la adecuada gestión de las fuentes y la autoría, y también el cumplimiento de las buenas prácticas institucionales.
RESULTADOS
En el primer aspecto analizado en la investigación estuvo relacionado con las características arquitectónicas presentes, cuyo estudio es fundamental para comprender cómo la infraestructura puede facilitar o dificultar la inclusión educativa. Identificar los elementos no solo nos permite evaluar el nivel en el que se encuentra la accesibilidad actual, sino que también señala qué mejoras son prioritarias para garantizar el derecho a la educación de calidad para todos los estudiantes.
Los resultados evidenciaron que la institución cuenta con algunas adecuaciones básicas, tales como rampas de acceso, entradas de algunos salones, puertas con dimensiones amplias y baños adaptados en ciertos sectores. Sin embargo, al revisar la totalidad del colegio se identificó que la cobertura de estos elementos es limitada y no siempre cumple con los estándares técnicos establecidos por el MINEDUC. Por ejemplo, los pasadizos carecen de barandas continuas, lo que dificulta el desplazamiento seguro de los usuarios; además, la señalización en braille y los apoyos visuales son insuficientes, apareciendo en zonas específicas y no en todo el recinto.
Nota: En esta imagen se representa la distribución de la primera planta, diferenciando las áreas de circulación, espacios verdes, zonas recreativas y escaleras. Este esquema permitió visualizar de manera clara la organización.
La presencia de estos elementos representa un avance para la comunidad escolar, ya que permite a muchos estudiantes moverse con mayor libertad y seguridad. Sin embargo, la falta de mantenimiento y la cobertura parcial evidencian que la accesibilidad todavía no es una realidad para todos los usuarios, lo que ocasiona que limita la plena participación en la vida escolar. Contar con una infraestructura accesible no solo mejora la movilidad física, sino que también tiene un impacto directo en la autoestima, la integración y, sobre todo, la pertenencia de los estudiantes con discapacidad. Además, de esta manera beneficia a toda la comunidad educativa, incluyendo a los padres, docentes y visitantes, promoviendo un entorno más seguro y justo (Quesada, 2019).
En comparación con colegios de ciudades como Lima o Arequipa, que se implementados planes integrales para la accesibilidad y fueron reconocidos por sus buenas prácticas; las instituciones modelo se observaron que la existencia de rampa se da en todos los niveles, también cuenta con ascensores para pisos superiores y señalización universal en cada ambiente, elementos que contribuyen a una inclusión más efectiva y sostenida.
En este apartado se buscó analizar de qué manera las adaptaciones arquitectónicas influyen en la participación y el desarrollo de los estudiantes con discapacidad. En este objetivo resulta clave ya que más allá de la existencia de rampas o señalización, lo fundamental es cómo estos elementos se traducen en oportunidades reales de integración y aprendizaje para los alumnos. Los resultados evidenciaron que la presencia de rampas y puestas anchas y baños adaptados permitió que la mayoría de los estudiantes pudieran desplazarse de manera independiente dentro del colegio. Se observó que quienes sí se da la implementación de sillas de ruedas y presentan dificultad de movilizarse han mejorado su nivel de autonomía en actividades cotidianas, desde el ingreso al plantel hasta la simple participación en clases como recreo.
La accesibilidad física fomenta la inclusión y la participación en las actividades educativas. Cuando los espacios están correctamente adaptados, los estudiantes pueden incorporarse plenamente, mostrando mayor seguridad y confianza en sus interacciones diarias. Esto impacta positivamente en su autoestima, nos referimos a ser parte de un grupo y también en los logros académicos. Contar con infraestructura adaptada no solo facilita el acceso al servicio educativo, sino que también contribuye al desarrollo integral de estudiantes, promoviendo la equidad. En países como Canadá y Finlandia, el compromiso con la accesibilidad va más allá del cumplimiento de normas mínimas, priorizando la mejora continua y el acompañamiento a los estudiantes en todos los niveles del sistema educativo.
Los informes internacionales señalan que, en estas situaciones, los estudiantes no solo participan más, sino que se sienten parte de la comunidad educativa y el desarrollo de una mayor pertenencia. Otro obstáculo importante es la capacitación docente, si bien se sabe que algunos profesores han participado en talleres sobre educación inclusiva, la mayor parte no cuenta con una formación especializada ni actualizada para poder enfrentar las necesidades específicas de los estudiantes. Esto repercute en la capacidad de adaptar el currículo, empleando metodologías inclusivas y detectar necesidades individuales de los estudiantes.
| Aspecto Evaluado | Cantidad Total | Cantidad Accesible | Porcentaje de Accesibilidad | |
|---|---|---|---|---|
| Accesibilidades principales con rampas adaptadas | 5 | 2 | 40% | |
| Baños accesibles para estudiantes | 4 | 1 | 25% | |
| Aulas con suficiente espacio de circulación | 12 | 6 | 50% | |
| Puertas ancho adecuado | 20 | 10 | 50% | |
| Señalización de braille | 15 | 3 | 20% | |
| Docentes con capacitados en inclusión | 20 | 7 | 35% | |
Nota: Los porcentajes de accesibilidad presentados en la tabla corresponden con los criterios de accesibilidad establecidos. Este diagnóstico se realizó mediante observación directa. Los resultados evidencian que alcanzan un 40% y 50% de accesibilidad respectivamente.
Dentro de ello, el más evidente es la falta de recursos económicos suficientes para financiar mejoras en la infraestructura, el mantenimiento de rampas y la adquisición de material adaptado. Como ello tenemos como resultado la carencia de libros en braille, dispositivos eléctricos adaptados o señalización táctil, y ello limita las oportunidades de aprendizaje y participación. En algunos casos incluso los mismos mobiliarios escolares no responden a criterios ergonómicos ni de accesibilidad universal. Finalmente, los resultados ponen en evidencia que, si bien se han logrado avances importantes en la accesibilidad, aún existen barreras y desafíos pendientes. Las mejoras realizadas han tenido un impacto positivo en la vida escolar de los estudiantes, pero queda claro que la inclusión efectiva requiere de un esfuerzo constante y coordinado entre la comunidad educativa.
DISCUSIÓN
Los hallazgos obtenidos en este estudio permitieron reflexionar sobre el estado actual de la accesibilidad arquitectónica y la inclusión educativa, situando los resultados en el diálogo con la fundamentación teórica y los antecedentes revisados. Se pudo observar que, al igual que lo señalado por Jiménez et al. (2024) y Cáceres (2022), la implementación de estrategias de accesibilidad en el contexto escolar es una condición indispensable para garantizar la participación activa y la autonomía de los estudiantes con discapacidad.
En la revisión de la literatura, se apreciaron diversos autores que destacan la importancia de contar con entornos educativos que no solo cumplan con los requisitos de las normativas mínimas, sino que también ofrezcan oportunidades reales de aprendizaje, interacción social y bienestar para todos los alumnos. Los resultados de este estudio coinciden con estos planteamientos, y se evidencia que la presencia ya sea de rampas, señalización y espacio que estén adaptados llega a contribuir a la movilidad, independencia y sentido de pertenencia de los alumnos. Sin embargo, también es necesario tener en cuenta que queda en evidencia que cuando las adecuaciones son incompletas o no reciben mantenimiento, las barreras persisten y afectan la experiencia educativa.
Sin embargo, la literatura también ofrece ejemplos de buenas prácticas que han permitido a otras instituciones superar retos similares. En España, por ejemplo, el programa "Escuelas Accesibles" ha promovido no solo la eliminación de barreras físicas mediante rampas y señalización universal, sino también la formación continua de docentes en educación inclusiva y también en ello la participación de las familias en el diseño y monitoreo de las adaptaciones. Los colegios españoles que han implementado este programa reportan una mayor autonomía estudiantil y una percepción más positiva sobre el ambiente.
Por otro lado, la metodología empleada en el presente estudio, basada en revisión bibliográfica y análisis, permitió sistematizar experiencias concretas y contrastarlas con la teoría existente. Este enfoque también resalta la utilidad de combinar fuentes teóricas y testimonios reales para comprender el impacto de la accesibilidad en la vida cotidiana. Respecto a los desafíos identificados, los resultados corroborarán lo expuesto en trabajos previos: la falta de recursos, la carencia de materiales que sean adaptados y la escasa formación de docentes siguen siendo los principales obstáculos para una inclusión plena. Además, el análisis cultural y actitudinal se pudo comprobar que la accesibilidad no debe entenderse solo en aspectos técnicos, sino como un cambio de mentalidad dentro de la comunidad educativa.
En Perú, aunque existen experiencias puntuales destacadas, como algunos colegios de Lima y Arequipa que han logrado adaptar integralmente sus ambientes, la mayoría de las instituciones enfrentan dificultades similares a las descritas en el presente estudio. Sin embargo, estas experiencias positivas demuestran que, cuando hay voluntad institucional y apoyo externo, se pueden lograr avances significativos en corto tiempo.
Comprar estas prácticas con la realidad local se puede mostrar que la inclusión educativa efectiva depende no solo de cumplir con las normativas, sino de aportar hacia una visión integral que combine tanto recursos, formación, monitoreo y trabajo en equipo. Así, los resultados de este estudio refuerzan la necesidad de mirar más allá de las soluciones básicas y aportar por estrategias sostenibles y colaborativas. En suma, la discusión pone de manifiesto que la accesibilidad arquitectónica y la inclusión no son objetivos estáticos, sino metas en constante construcción más allá.
A partir de todo lo expuesto, resulta muy evidente que los esfuerzos por mejorar la accesibilidad en el entorno escolar han generado un impacto positivo y de esta manera han abierto nuevas oportunidades para la participación de los estudiantes. Sin embargo, la realidad ha demostrado que los restos son múltiples y complejos, y más allá de la simple adecuación de infraestructura. La inclusión educativa implica un compromiso sostenido con la equidad, la creatividad para encontrar soluciones a medida y poder tener la disposición para escuchar las voces de quienes viven las barreras cotidianas.
En esta línea, los resultados subrayan la importancia de fortalecer la colaboración entre autoridades, docentes, familiares y presupuesto de los estudiantes, así mismo de como fomentar una cultura institucional orientada al respeto y la empatía. Solo mediante el trabajo conjunto y la percepción constante de las prácticas escolares será posible avanzar hacia un modelo educativo que llegue al punto de ser inclusivo y flexible.
Por otro lado, la evidencia recogida revela que la transformación de la escuela requiere de políticas públicas coherentes, inversión a largo plazo y mecanismos de evaluación permanentes, que permitan ajustar y mejorar las estrategias adoptadas. La inclusión, por tanto, debe entenderse como una responsabilidad compartida y un proceso abierto al cambio, donde cada logro constituye un punto de partida para nuevos desafíos y oportunidades.
En definitiva, los resultados aquí prestados no lo están permitiendo comprender las condiciones actuales y los principales obstáculos, sino que también invitan a mantener la esperanza y sobre todo la determinación. Apostar la inclusión educativa es aportar a una sociedad justa y solidaria, donde cada uno de los estudiantes encuentre su lugar, recibiendo apoyo y descubra todo el potencial que se puede llegar a dar. El verdadero éxito se alcanzará cuando ningún niño o joven quede en el margen, y la escuela se convierta en un espacio donde el crecimiento y el aprendizaje se equitativo para todos.
CONCLUSIÓN
El desarrollo de esta investigación permitió comprender en profundidad las condiciones actuales de la accesibilidad y también la dinámica de inclusión educativa para los estudiantes con discapacidad. El análisis realizado se puede evidenciar, en primer lugar, que, si bien se han incorporado ciertos elementos destinado a facilitar el acceso y desplazamiento, ya sea las rampas y puertas amplias, estas mejoras todavía no alcanza a garantizar detalles pendiente en la educación y mantenimiento de recursos, lo que se puede evidenciar que aún existe desafíos para lograr un entorno escolar completamente accesible.
Por otro lado, se identificó que la existencia de espacios y recursos adaptados tuvo un efecto muy favorable en la participación de los alumnos; de esta manera se promovió su independencia y autoestima. Sin embargo, este impacto positivo se vio condicionado por la calidad y la cobertura de las adaptaciones implementadas. Las limitaciones observadas en algunos ambientes y servicios revelaron que es necesario avanzar en la actualización y diversificación de las estrategias para que la inclusión educativa sea efectiva y se traduzca en oportunidades reales para el aprendizaje y la convivencia.
En cuanto a los obstáculos enfrentados por la institución, la investigación permitió reconocer la importancia de contar con un financiamiento adecuado, de igual forma, la manera de fortalecer la capacitación de los docentes y la coordinación entre los distintos actores educativos. Las barreras detectadas no solo responden a factores económicos, sino también a la necesidad de cambiar las prácticas y la manera de actuar dentro de la comunidad escolar, valorando la diversidad como un principio fundamental del quehacer. En conjunto, todos los hallazgos obtenidos invitan a mirar la inclusión y la accesibilidad como retos que deben ser asumidos de manera conjunta y sostenida. Más allá de la intervención en el espacio físico, en esa manera se requiere promover una cultura escolar abierta, flexible y sensible a las diferencias, que permiten desarrollar soluciones innovadoras y compartidas. El aprendizaje extraído de esta mejora constante, donde cada uno de los avances debe motivar nuevos avances. Para cerrar, es importante señalar que los resultados aquí alcanzados pueden servir de guía para futuras acciones y políticas orientadas a eliminar las barreras existentes. Solo así será posible construir espacios educativos verdaderamente abiertos, donde cada estudiante tenga la posibilidad de crecer, aprender y participar sin limitaciones.