1 INTRODUCCIÓN
La educación superior en Ecuador ha experimentado una transformación sustancial, tanto en su marco regulador como en la comprensión de su función dentro del desarrollo nacional. La promulgación de la Constitución de 1998 y la Ley de Educación Superior del año 2000 estableció las bases normativas iniciales, las cuales han sido reforzadas con normativas más recientes, como la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) de 2010 y su reforma en 2018 (Constitución de la República del Ecuador, 1998; LOES, 2010). Estas regulaciones buscan consolidar un sistema educativo adaptado a los desafíos actuales, incluyendo la globalización, la evolución tecnológica y la necesidad de un desarrollo equitativo y sostenible (Galárraga et al., 2020).
El sistema de educación superior ecuatoriano está compuesto por universidades, escuelas politécnicas e institutos técnicos y tecnológicos, tanto de carácter público como privado. Estas instituciones desempeñan un rol fundamental no solo en la formación de profesionales, sino también en la generación de conocimiento mediante la investigación y en la solución de problemáticas sociales a través de la vinculación con la comunidad (CACES, 2019). En este contexto, se fomenta una educación de carácter integral, basada en principios de interculturalidad, inclusión, equidad y democracia, promoviendo la diversidad cultural y territorial del país (García y Salazar, 2021).
El principio de calidad en la educación superior está consagrado en la Constitución de la República del Ecuador y en la LOES, entendiéndose como un proceso de mejora continua, autorreflexivo y de aseguramiento de la calidad. Este enfoque trasciende el mero cumplimiento de requisitos normativos o técnicos, enfatizando la consistencia en los procesos y servicios, así como la capacidad de las instituciones para consolidar una cultura institucional de calidad.
El proceso de acreditación en Ecuador, formalmente instaurado en 1989, ha evolucionado hacia un modelo de estándares más rigurosos e integrales. En sus inicios, solo un número limitado de instituciones estaba sujeto a evaluación, mientras que, en la actualidad, la acreditación abarca a todo el sistema de educación superior, promoviendo una gestión de calidad estructurada (Rodríguez, 2022). A través del Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES), se han establecido parámetros que abarcan condiciones institucionales, pertinencia e impacto de las funciones sustantivas de la educación superior: docencia, investigación y vinculación con la sociedad (CACES, 2019).
El Modelo de Evaluación Externa, concebido como un instrumento de aplicación nacional alineado con la LOES, establece los criterios y estándares de calidad que universidades y escuelas politécnicas deben alcanzar para su acreditación. Su propósito principal es garantizar la calidad educativa más allá del reconocimiento formal. Los indicadores utilizados en este modelo fueron diseñados bajo enfoques centrados en el proceso formativo del estudiante, la mejora continua como pilar del aseguramiento de la calidad y el modelo de gestión de calidad de Malcolm Baldrige para la educación superior. Este esquema busca incentivar una reflexión sistemática sobre los procesos académicos, promoviendo la optimización constante de la educación superior en el país.
El actual modelo de acreditación se distingue por su enfoque en la mejora continua, la autoevaluación y la rendición de cuentas institucional. En este contexto, las universidades deben evidenciar su capacidad de adaptación a un entorno dinámico, donde la integración de tecnologías de la información, la diversificación de estrategias pedagógicas y el fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica juegan un papel clave (Córdova y Ramírez, 2023). Asimismo, la evaluación considera la pertinencia de la oferta académica en relación con las demandas del mercado laboral y los retos globales, así como su impacto en el desarrollo local y nacional (García y Salazar, 2021).
En este marco, el Consejo de Estado, con el apoyo de un equipo de especialistas académicos y la contribución de diversas entidades del sector, diseñó el presente modelo de evaluación de universidades y escuelas politécnicas. Para su formulación, se implementaron talleres en Quito, Guayaquil y Cuenca, con la participación de 55 universidades y escuelas politécnicas (UEP) y 287 delegados institucionales. Además, se llevaron a cabo diálogos con organismos de acreditación internacionales, incluyendo el Consejo Nacional de Acreditación de Colombia (CNA), la Comisión Nacional de Acreditación de Chile (CNA), la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria de Argentina (CONEAU), la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), la Comisión de Instituciones de Educación Superior de Nueva Inglaterra (NECHE) de Estados Unidos y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) de España. Estas interacciones permitieron contrastar y enriquecer el modelo ecuatoriano con experiencias de acreditación de otros países.
La evaluación realizada en 2019 representó un punto de inflexión para el sistema de educación superior en Ecuador, al introducir una metodología más holística que busca equilibrar la excelencia académica con la pertinencia social e institucional. Este enfoque reconoce la importancia de alinear las funciones universitarias con objetivos estratégicos, tales como el fortalecimiento de capacidades para la innovación, el desarrollo de competencias globales y la promoción de una ciudadanía crítica y participativa (Rodríguez, 2022). No obstante, el sistema aún enfrenta desafíos sustanciales, entre ellos la reducción de la brecha en la calidad educativa entre instituciones, la garantía de un acceso equitativo a la educación superior y la consolidación de una cultura de calidad sostenible en todas las dimensiones del sistema (Galárraga et al., 2020).
Para el Modelo de evaluación externa del 2023 con fines de acreditación para el aseguramiento de la calidad de universidades y escuelas politécnicas, se plantean 6 criterios, 7 subcriterios y 32 indicadores con sus respectivos estándares, elementos fundamentales, fuentes de información, períodos de evaluación, escalas de valoración. Bajo este antecedente se planteó como objetivo determinar las Perspectivas y Relevancia del Modelo de Acreditación de Educación Superior en las universidades ecuatorianas.
2 METODOLOGÍA
La metodología adoptada en este artículo científico sigue el método PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses) para garantizar un análisis sistemático y transparente. Primero, se realizaron búsquedas en bases de datos académicas como Scopus, Web of Science, Google Scholar y repositorios institucionales del Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES) utilizando palabras clave como "acreditación universitaria", "educación superior en Ecuador", "modelos internacionales de acreditación" y "evaluación educativa". Se incluyeron publicaciones entre 2010 y 2024 en español o inglés, relacionadas con procesos de acreditación en educación superior, normativas relevantes y comparaciones internacionales, excluyendo documentos no disponibles en texto completo, duplicados o no relacionados con los objetivos del estudio. Luego, se realizó un cribado inicial de títulos y resúmenes para identificar estudios pertinentes, seguido de una revisión de texto completo para verificar su relevancia, incluyendo normativas clave como la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) y sus reformas, además de informes de acreditación emitidos por el CACES. Para cada documento seleccionado, se registraron el año de publicación, autor(es) o institución, tipo de documento (artículo científico, normativa, informe técnico) y principales hallazgos o aportes relevantes al proceso de acreditación. Finalmente, se realizó una revisión de literatura científica y normativa, analizando las normativas vigentes y publicaciones relacionadas con la calidad en la educación superior, así como los informes de acreditación del CACES publicados entre 2010 y 2024, identificando tendencias y avances. En la Figura 1 se detalla el esquema del método PRISMA.
3 RESULTADOS Y DISCUSIÓN
3.1 Transformación de la Educación superior en el Ecuador
La educación superior en Ecuador ha experimentado una transformación significativa, especialmente influenciada por la pandemia del COVID-19. Este evento aceleró la transición hacia la educación en línea, revelando tanto los avances como las deficiencias del sistema educativo (Cruz et al., 2023). La crisis sanitaria obligó al cierre de universidades y la suspensión de actividades presenciales, afectando a millones de estudiantes y docentes. Este cambio abrupto evidenció desigualdades en el acceso a tecnologías, afectando especialmente a estudiantes de contextos vulnerables y rurales, quienes enfrentaron barreras significativas para acceder a internet y herramientas digitales.
En este contexto, se ha generado un debate sobre la efectividad de la educación virtual, ya que la crisis económica y emocional derivada de la pandemia afectó particularmente a los estudiantes internacionales y aquellos de bajos recursos. La transición apresurada al aprendizaje en línea provocó confusión y debates sobre la calidad y la evaluación del aprendizaje, resaltando la importancia de reflexionar sobre los modelos educativos a seguir en el futuro.
La educación superior en Ecuador debe avanzar hacia un modelo más inclusivo, diversificado y capaz de ofrecer oportunidades de aprendizaje continuo. Es fundamental integrar modalidades flexibles, interdisciplinarias y ajustadas a las demandas de una sociedad en constante cambio (Taveras, 2013). La tecnología ha sido una aliada en este proceso, ofreciendo herramientas como los Objetos de Aprendizaje (OA) y los Recursos Educativos Abiertos (REA), que permiten un acceso más equitativo al conocimiento. Además, metodologías digitales como la gamificación buscan involucrar a los estudiantes de manera activa en su proceso de aprendizaje, algo crucial en el siglo XXI (Rivera et al., 2022).
El aprendizaje activo, que requiere currículos flexibles, también debe integrar la dimensión emocional y social del aprendizaje, reconociendo que los estudiantes no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan competencias emocionales y sociales que les permitirán adaptarse a los cambios (Rocha, 2012). En este contexto, el rol del docente ha cambiado, pasando de ser un transmisor de conocimiento a un facilitador del aprendizaje, adaptándose a nuevas formas de enseñanza.
A nivel global, la educación superior está llamada a ser inclusiva y accesible, promoviendo el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y adoptando estrategias innovadoras como el modelo de aprendizaje invertido (Melo, 2018). Este enfoque no solo fomenta una educación más interactiva, sino que también pone al estudiante en el centro del proceso educativo, promoviendo su autonomía y capacidad de aprendizaje.
La relevancia de la educación superior también radica en su rol como eje estratégico para el desarrollo del país, contribuyendo a la inclusión social, la movilidad económica y la formación de ciudadanos críticos (Brunner y Miranda, 2011). En Ecuador, persisten desafíos como la exclusión educativa y la deserción, lo que exige una mayor regulación en el sector privado. Las instituciones de educación superior (IES) tienen un papel transformador al democratizar el acceso, fomentar la responsabilidad social en la investigación y proponer modelos sostenibles que prioricen la equidad (Espinosa, 2018).
En este escenario, el pensamiento crítico (PC) se erige como un componente esencial de la formación universitaria. El desarrollo de habilidades de PC permite a los estudiantes analizar, evaluar y resolver problemas de manera reflexiva. Además, promueve disposiciones intelectuales como la perseverancia y la empatía, fundamentales para la formación de profesionales comprometidos con la transformación social (Basco, 2017).
La relevancia de la educación superior y su vinculación con los procesos de evaluación y acreditación ha sido ampliamente discutida. En el contexto ecuatoriano, estos procesos son cruciales para garantizar la calidad educativa y su impacto en el desarrollo social, económico y cultural del país (Toala, 2017). Diversos autores han ofrecido perspectivas complementarias y críticas sobre cómo estos mecanismos afectan el sistema educativo superior, sugiriendo tanto sus beneficios como los desafíos asociados a su implementación.
La educación universitaria desempeña un papel fundamental en la configuración de nuevas dinámicas de interacción social, alineándose con las tendencias de transformación en los entornos del desarrollo científico (Nuñez, 2018). No obstante, estos entornos se ven frecuentemente limitados por la pérdida de condiciones óptimas en las instituciones de educación superior. Como actores dentro de este sistema, ya sea como profesionales, estudiantes o intelectuales, enfrentamos una serie de responsabilidades significativas e ineludibles.
Estas responsabilidades trascienden la adquisición y generación de conocimiento, exigiendo una dedicación sostenida y la práctica ética de nuestras profesiones. Además, involucran la obligación de fomentar condiciones propicias en los espacios educativos, facilitando el desarrollo de entornos donde las aspiraciones y los ideales académicos puedan materializarse y prosperar de manera efectiva (Díaz de Salas, 2019).
3.2 Modelo de Evaluación Externa con fines de acreditación en Ecuador.
El proceso de evaluación y acreditación de las Instituciones de Educación Superior (IES) en Ecuador es un mecanismo fundamental para garantizar la calidad académica y el cumplimiento de estándares institucionales. Este proceso está regulado por un marco legal y normativo que establece lineamientos claros y criterios de evaluación, asegurando la transparencia y el mejoramiento continuo en las universidades y escuelas politécnicas (UEP). En este contexto, la Tabla 1 presenta los parámetros fundamentales del proceso de evaluación y acreditación, abarcando aspectos clave como el marco legal, los objetivos y alcances, el modelo de evaluación externa, los actores involucrados y las etapas del proceso. Esta información permite comprender la estructura y funcionamiento del sistema de aseguramiento de la calidad en la educación superior ecuatoriana.
| Parámetro | Descripción |
|---|---|
| Marco Legal y Normativo | Se basa en la Constitución de la República del Ecuador y la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). Establece un marco jurídico claro para la evaluación y acreditación de las Instituciones de Educación Superior (IES). |
| Objetivo y Alcance | Regula el proceso de evaluación con fines de acreditación para garantizar la calidad de las universidades y escuelas politécnicas (UEP). Sus disposiciones son de obligatorio cumplimiento para todos los actores involucrados. |
| Modelo de Evaluación Externa | Define criterios y estándares cuantitativos y cualitativos que las UEP deben alcanzar para ser acreditadas. Tiene una vigencia mínima de tres años antes de la evaluación externa. |
| Actores del proceso | Participan el Pleno del CACES, la Comisión Permanente de Universidades y Escuelas Politécnicas (CPUEP), la Secretaría Técnica, los Comités de Evaluación Externa (CEE) y las UEP. Se establecen las atribuciones y responsabilidades de cada actor. |
| Etapas del Proceso de Evaluación | Evaluación Interna : Autoevaluación realizada por las UEP para identificar oportunidades de mejora. Evaluación Externa y Acreditación: Evaluación integral a cargo del CACES, que incluye la carga de información, visitas de verificación y elaboración de informes. Mejora Continua y Aseguramiento de la Calidad: Implementación de planes de mejora por parte de las UEP. |
La calidad en la educación superior constituye un pilar fundamental para el desarrollo académico, social y económico de un país. En Ecuador, el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES) ha diseñado el Modelo de Evaluación Externa con Fines de Acreditación para garantizar que las universidades y escuelas politécnicas cumplan con los criterios de calidad exigidos a nivel nacional e internacional (CACES, 2023). Este modelo se estructura en base a seis criterios principales: Condiciones Institucionales, Docencia, Personal Académico y Estudiantes, Investigación e Innovación, Vinculación con la Sociedad y Sistema de Aseguramiento de la Calidad. Cada uno de estos criterios cuenta con subcriterios e indicadores que permiten medir el cumplimiento de los estándares establecidos.
El análisis de la perspectiva y relevancia del modelo de acreditación actual destaca su impacto en la gestión de las instituciones de educación superior y su contribución al mejoramiento continuo de la calidad académica. Para ello, es fundamental examinar los enfoques teóricos y metodológicos que lo sustentan, su evolución en relación con modelos previos de acreditación y su alineación con tendencias globales en aseguramiento de la calidad.
El modelo de evaluación se basa en principios fundamentales como la autoevaluación, la mejora continua y la centralidad en el proceso formativo del estudiante (CACES, 2023). La autoevaluación permite a las instituciones identificar fortalezas y oportunidades de mejora, promoviendo una cultura de calidad basada en la reflexión y el análisis crítico. La mejora continua implica la implementación de estrategias que facilitan la evolución y adaptación de las instituciones a los cambios del entorno académico y social. Finalmente, la centralidad en el proceso formativo del estudiante enfatiza la importancia de garantizar una educación pertinente, inclusiva y de alta calidad.
Desde una perspectiva institucional, el modelo de evaluación externa fortalece la gobernanza y la gestión universitaria mediante la planificación estratégica, la internacionalización y la adecuación de la infraestructura física y tecnológica (CACES, 2023). Estos aspectos son esenciales para asegurar la sostenibilidad de las instituciones y su capacidad de responder a los retos de la educación superior en el siglo XXI. En el ámbito de la docencia, la evaluación se centra en el modelo educativo, la oferta académica y la gestión curricular, con el fin de garantizar programas de estudio actualizados y alineados con las necesidades del mercado laboral y la sociedad. Además, se valora la calidad del personal académico y las condiciones de los estudiantes, incluyendo su bienestar, procesos de titulación y seguimiento a graduados. Estos elementos son esenciales para asegurar una formación integral y competitiva de los profesionales egresados.
La investigación y la innovación constituyen otro eje fundamental en la evaluación, promoviendo la generación de conocimiento y su aplicación en la resolución de problemas sociales y productivos. Para ello, se analizan la política de investigación, los proyectos con financiamiento externo y la producción académica, aspectos clave para el fortalecimiento de la educación superior y su impacto en el desarrollo nacional (CACES, 2023). En términos de vinculación con la sociedad, el modelo enfatiza la articulación de las universidades con el entorno social y productivo mediante proyectos de extensión y transferencia de conocimiento. Este criterio busca garantizar que las instituciones contribuyan al desarrollo sostenible y atiendan las problemáticas de sus comunidades a través de la investigación aplicada y la participación activa de docentes y estudiantes.
Finalmente, el sistema de aseguramiento de la calidad constituye el mecanismo transversal que permite la evaluación continua de las instituciones y el establecimiento de planes de mejora. A través de la autoevaluación, el monitoreo de indicadores y la implementación de estrategias de mejora, se busca consolidar una cultura de calidad y excelencia académica en el sistema de educación superior ecuatoriano.
3.3 Componentes Fundamentales del Modelo de Acreditación 2023 en Ecuador
El modelo de acreditación de universidades en Ecuador se centra en varios aspectos clave que aseguran la calidad y mejora continua de las instituciones educativas, entre los que se destacan:
- Condiciones Institucionales: Enfocadas en la estructura organizativa, la gestión administrativa, el marco normativo, la infraestructura y la disponibilidad de recursos.
- Docencia: Evaluando la calidad del proceso educativo, el diseño curricular, las metodologías de enseñanza-aprendizaje, los recursos didácticos y las estrategias pedagógicas.
- Condiciones del Personal Académico y Estudiantes: Considerando el bienestar, la formación, el acceso a recursos y las oportunidades de desarrollo profesional y académico.
- Investigación e Innovación: Analizando la producción científica, el desarrollo de proyectos innovadores y la generación de conocimiento.
- Vinculación con la Sociedad: Midiendo la interacción con el entorno, el impacto en la comunidad y la contribución al desarrollo social y económico.
- Sistema de Aseguramiento de la Calidad: Implementando mecanismos de evaluación, monitoreo y mejora continua para garantizar la excelencia académica y la sostenibilidad institucional, en la Tabla 2 se presentan los indicadores.
| Perspectiva | Indicadores | Relevancia |
|---|---|---|
| Condiciones Institucionales | Planificación Institucional, Infraestructura Física y Tecnológica, Gestión Documental y Archivo. | Garantiza la sostenibilidad y operatividad institucional. |
| Docencia | Modelo Educativo, Oferta Académica, Diseño y Actualización Curricular | Asegura calidad en la formación profesional. |
| Personal Académico y Estudiantes | Bienestar Universitario, Evaluación del Personal Académico, Perfeccionamiento Académico, Formación Doctoral, Personal a Tiempo Completo | Mejora la calidad del entorno educativo y profesional. |
| Investigación e Innovación | Publicaciones científicas, Producción de conocimiento, Proyectos innovadores | Contribuye al desarrollo disciplinar y tecnológico. |
| Vinculación con la Sociedad | Participación comunitaria, Impacto social, Transferencia de conocimiento | Fortalece el compromiso social y económico de la institución. |
| Sistema de Aseguramiento de la Calidad | Evaluación continua, Monitoreo de indicadores, Mejora de procesos | Garantiza la excelencia académica e institucional. |
| Internacionalización y Movilidad | Convenios, Redes académicas, Acreditaciones internacionales | Permite la globalización de la educación superior. |
3.4 Perspectivas y Relevancia de la Evaluación de Universidades
3.4.1 Condiciones Institucionales
La evaluación de las condiciones institucionales incluye indicadores como la planificación institucional, la infraestructura física y tecnológica, y la gestión documental y archivo. Estos elementos son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y operatividad de las instituciones de educación superior. La planificación institucional asegura que las universidades tengan una visión clara y estrategias bien definidas para alcanzar sus objetivos a largo plazo. La infraestructura física y tecnológica proporciona los recursos necesarios para que las actividades académicas y administrativas se desarrollen de manera eficiente. La gestión documental y archivo, por su parte, facilita la organización y conservación de la información, lo que es crucial para la transparencia y la toma de decisiones informadas.
3.4.2 Docencia
La calidad de la docencia se evalúa mediante indicadores como el modelo educativo, la oferta académica, y el diseño y actualización curricular. Estos aspectos son esenciales para asegurar la calidad en la formación profesional de los estudiantes. El modelo educativo define las metodologías y enfoques pedagógicos que guían el proceso de enseñanza-aprendizaje. La oferta académica debe ser relevante y adaptada a las necesidades del mercado laboral y de la sociedad. El diseño y actualización curricular garantizan que los programas de estudio se mantengan actuales y pertinentes, incorporando los avances en el conocimiento y las demandas del entorno.
3.4.3 Personal Académico y Estudiantes
La evaluación del personal académico y los estudiantes incluye indicadores como el bienestar universitario, la evaluación del personal académico, el perfeccionamiento académico, la formación doctoral, y el personal a tiempo completo. Estos elementos son cruciales para mejorar la calidad del entorno educativo y profesional. El bienestar universitario asegura que los estudiantes y el personal académico tengan acceso a servicios que apoyen su desarrollo integral. La evaluación del personal académico permite identificar áreas de mejora y reconocer el desempeño destacado. El perfeccionamiento académico y la formación doctoral contribuyen a la actualización y especialización de los docentes, mientras que contar con personal a tiempo completo garantiza la dedicación y compromiso necesarios para una educación de calidad.
3.4.4 Investigación e Innovación
La investigación e innovación se evalúan mediante indicadores como las publicaciones científicas, la producción de conocimiento, y los proyectos innovadores. Estos aspectos son fundamentales para contribuir al desarrollo disciplinar y tecnológico de las instituciones. Las publicaciones científicas reflejan la capacidad de los investigadores para generar nuevo conocimiento y compartirlo con la comunidad académica. La producción de conocimiento abarca la creación de teorías, modelos y soluciones que pueden tener un impacto significativo en la sociedad. Los proyectos innovadores impulsan la aplicación práctica de la investigación, promoviendo el desarrollo tecnológico y la mejora de la calidad de vida.
3.4.5 Vinculación con la Sociedad
La vinculación con la sociedad se evalúa mediante indicadores como la participación comunitaria, el impacto social, y la transferencia de conocimiento. Estos elementos fortalecen el compromiso social y económico de las instituciones de educación superior. La participación comunitaria implica la colaboración activa de las universidades con las comunidades locales, abordando sus necesidades y desafíos. El impacto social mide el efecto positivo de las actividades universitarias en la sociedad, mientras que la transferencia de conocimiento asegura que los resultados de la investigación y la innovación se difundan y utilicen para el beneficio común.
3.4.6 Sistema de Aseguramiento de la Calidad
El sistema de aseguramiento de la calidad se evalúa mediante indicadores como la evaluación continua, el monitoreo de indicadores, y la mejora de procesos. Estos aspectos garantizan la excelencia académica e institucional. La evaluación continua permite a las instituciones revisar y ajustar sus prácticas regularmente para mantener altos estándares de calidad. El monitoreo de indicadores proporciona datos precisos sobre el desempeño institucional, facilitando la identificación de áreas de mejora. La mejora de procesos asegura que las instituciones implementen cambios efectivos para optimizar sus operaciones y resultados.
3.4.7 Internacionalización y Movilidad
La internacionalización y movilidad se evalúan mediante indicadores como los convenios, las redes académicas, y las acreditaciones internacionales. Estos elementos permiten la globalización de la educación superior, facilitando el intercambio de conocimientos y experiencias entre instituciones de diferentes países. Los convenios establecen colaboraciones estratégicas que enriquecen la oferta académica y las oportunidades de investigación. Las redes académicas fomentan la cooperación y el desarrollo conjunto de proyectos, mientras que las acreditaciones internacionales reconocen la calidad y competitividad de las instituciones en el ámbito global.
3.5 Fundamentación del Modelo de Evaluación
Este modelo se fundamenta en la heterogeneidad de las universidades y escuelas politécnicas del país, respetando el principio de autonomía responsable y considerando las distintas maneras de operar con calidad. Se basa en tres enfoques principales: autorreflexión y autoevaluación, mejora continua para el aseguramiento de la calidad, y centralidad en el proceso formativo del estudiante. La estructura del modelo está compuesta por seis criterios principales: condiciones institucionales, docencia, condiciones del personal académico y apoyo académico, investigación e innovación, vinculación con la sociedad, y sistema de gestión de la calidad. Cada criterio se desglosa en subcriterios e indicadores específicos que permiten una evaluación detallada y sistemática. La evaluación externa incluye un diagnóstico interno y externo de la institución, basado en la autoevaluación y la evaluación por pares, buscando asegurar la calidad académica y el cumplimiento de los estándares definidos, con el objetivo de mejorar continuamente la calidad educativa. En 2023, la relevancia del modelo radica en su capacidad para garantizar la calidad del sistema de educación superior en Ecuador, alineándose con las políticas nacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Promueve una cultura de calidad basada en la autoevaluación y la mejora continua, involucrando a toda la comunidad universitaria. Además, reconoce la diversidad y madurez del sistema de educación superior ecuatoriano, adaptándose a los contextos y realidades de cada institución, facilitando la implementación de estrategias y planes de acción específicos. Fomenta la innovación y la sostenibilidad en la educación superior, integrando tecnologías educativas y promoviendo la internacionalización, incluyendo mecanismos para el uso de inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas en el proceso educativo. La vinculación con la sociedad es un componente esencial del modelo, asegurando que las instituciones contribuyan al desarrollo social y económico del país. Los proyectos de vinculación y la investigación aplicada tienen un impacto directo en la comunidad, mejorando la calidad de vida y promoviendo el desarrollo sostenible.
4 CONCLUSIONES
La educación superior en Ecuador ha atravesado un proceso de transformación significativo, impulsado tanto por factores externos como la pandemia del COVID-19, como por procesos internos orientados a garantizar una educación de calidad. En este contexto, el Modelo de Evaluación Externa con fines de acreditación 2023 se presenta como una herramienta clave para consolidar un sistema educativo superior más inclusivo, pertinente y centrado en la mejora continua.
Este modelo no solo evalúa el cumplimiento de estándares académicos, sino que impulsa a las instituciones a adoptar una visión estratégica y sostenible, promoviendo la planificación institucional, el fortalecimiento de la docencia, la profesionalización del talento humano, el desarrollo científico y tecnológico, y la vinculación con la sociedad. Además, coloca al estudiante en el centro del proceso formativo, reconociendo su papel activo en la construcción del conocimiento y en la transformación social.
Desde una perspectiva estructural y normativa, el modelo establece un marco legal claro, criterios transparentes y actores responsables que velan por su aplicación, fomentando una cultura de calidad en las universidades y escuelas politécnicas del país. Su implementación ha permitido no solo identificar fortalezas y debilidades en las instituciones, sino también impulsar acciones concretas de mejora que impactan directamente en la formación de profesionales más críticos, empáticos y comprometidos con el desarrollo del Ecuador.